10/07/2014

El Abismo a la Existencia / exposición colectiva


Desde el  16 de Octubre al 16 de Noviembre 2014





 Inauguración


 obras Antonella Rojas A Oleo sobre lienzo
 Palacio Consistorial






RELIEVES DE UN ARTE PORTEÑO EN DIÁLOGO CON SU TIEMPO Y SU LUGAR
A distancia de los procesos, códigos y prácticas de un arte contemporáneo metropolitano que tiende a uniformizarse en su proyección internacional, cabe buscar y rebuscar las claves del hacer artístico de Valparaíso en los vericuetos que le imprime su emplazamiento en el territorio. Pues si bien toda ciudad se constituye complejamente, frente a ésta nos vemos impedidos de trazar a priori un sentido de la circulación del sentido, ocultándose su singularidad poética en el abigarrado acoplamiento a la geografía local. En esta perspectiva, pueden apuntarse cuatro grandes relieves de significación socioestética en la presente muestra colectiva de Antonella Rojas.
El primero de ellos nos lo entrega la común participación de estos artistas en el Centro de Grabado Valparaíso, institución fundada el año 1992 a partir de la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar, con el fin de promover dicha disciplina en la región. Con edades que fluctúan entre las dos y las cuatro décadas, los integrantes de este colectivo se diferencian de los demás grabadores del Centro en términos generacionales, pero también en cuanto a los modos de enfrentar su quehacer. En efecto, a lo largo de sucesivos encuentros y conversaciones de café, el desafío por ellos asumido es el de trascender la exigencia primaria de la gestión, de manera de responder al imperativo propiamente estético de toda práctica artística. Este desafío no es menor, por cuanto se hace eco, en parte, de la reciente crítica formulada por Justo Pastor Mellado a propósito de una búsqueda que se habría estancado en 1992. A partir de ese año, en efecto, se manifestaría una disyunción respecto de los épicos desplazamientos a partir del grabado, encabezados a nivel nacional por Eugenio Dittborn y en la región por Víctor Maturana.
La vía seguida por los artistas que aquí nos preocupan no se amolda del todo a lo sugerido por el curador penquista sobre la relación entre ilustratividad, mancha y serialidad. Esto no deja de ser interesante, por cuanto nos señala no solamente la posibilidad de múltiples lecturas respecto de la contemporaneidad de las prácticas artísticas, sino también de cierta voluntad de autonomía en la constitución del campo artístico regional. Pues, como sea, los artistas que aquí nos ocupan participan de cierto malestar frente al actual estado del grabado porteño y los usos que le son asignados.
En efecto, un segundo relieve de significación, propuesto por estos mismos artistas en el diálogo con ellos sostenido, apunta a los términos de abismo y existencia empleados en el título de esta exposición. Se trata de una lectura de contenido que resulta decidora de su incomodidad frente a los temas y la orientación global del grabado regional.  
El tercer compuesto de sentido nos viene sugerido por los mismos géneros artísticos empleados y su tratamiento material. En este caso, sobresale la paradoja de un grupo de grabadores que, a pesar de reconocerse como tal, en los hechos indaga en el dibujo, la pintura, la objetualidad y la instalación.
Por cierto, en el arte de provincia, así como en general en el arte periférico, no es posible disminuir el peso que tiene la constitución del campo cultural en la necesidad de los artistas de subsistir mediante la venta de sus obras, en detrimento de una mayor experimentación formal y contextual. Frente a un mercado y una institucionalidad del arte contemporáneo muy poco desarrollados aun a nivel nacional, resulta tal vez poco adecuado solicitarles a los artistas que se aventuren a producir obras y/o procesos demasiado ajenos a la sensibilidad del lugar. Sin embargo, de alguna manera, cierta clase de artistas porteños contribuyen a enrarecer los imaginarios locales por medio de sus visualidades disonantes y esta exposición, precisamente, reúne a algunos de ellos. Desamparo, soledad, fragilidad, muerte, contaminación son parte, decíamos, de esta cita donde predomina la subjetividad por sobre la pericia técnica que exige el grabado académico. Entonces, estas propuestas no están exentas de riesgos, asociados además a la recuperación de algunos códigos y procedimientos propios de la historieta y la gráfica popular, por ejemplo, así como de una apropiación del grabado como matriz de problematización de lenguajes artísticos colindantes.
No obstante lo anterior, una consideración demasiado tradicional tanto de estos artistas como del arte contemporáneo porteño en general impediría apreciar otros procesos que subyacen a la producción de las obras congregadas en esta muestra. La visualidad es un componente dentro de un entramado artístico mayor, el que reúne prácticas de gestión y autogestión pero también intervenciones, acciones, publicaciones, etc. y, asimismo, derivas y relaciones con, dentro de, a través y hacia fuera de la ciudad. Puede apuntarse bajo este prisma un cuarto relieve del grabado desplazado en la presente muestra.
 Dra.en Ciencias Sociales y estética de la U de Valparaiso
Carolina Benavente

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